Queridos colegas que importante es recordar celebrativamente este día, el anhelo de un día por ser docente, Ser conscientes del valor de la vida humana, es decir, ser docente como opción por acompañar el proceso humanizador de todos y todas.
Hoy celebramos ser parte de esta comunidad de aprendices del aprender, que evoluciona de un concepto de apostolado, del sacrifico sublime a una mirada más integral, donde somos participes de la posibilidad de desarrollar nuestro ser individual y diverso para alcanzar la armonía comunitaria del Ser ciudadanos de un mundo por construir. El docente en esta búsqueda es hoy referente y guía con sus valores y principios de las jóvenes generaciones. Todos los actores del mundo educativo anhelamos un planeta en armonía, donde todos podamos existir, es más co-existamos unos con otros en un vivir responsable en que cuidamos la naturaleza, la pureza del agua, la existencia de la vida en todas sus formas.
Somos permanentemente desafiados por las eventualidades de la naturaleza, y en este año por la pandemia covid-19, que ha permitido priorizar lo esencial del crecimiento del ser humano. Ante esto hemos sido los propios docentes, sin un llamado verticalista los que hemos sostenido el acompañamiento a nuestros estudiantes como un deber ético. Asumimos la priorización curricular y con todos los actores colaboradores del proceso pedagógico, hemos dado lo mejor de nuestra experiencia para que los estudiantes se empoderen de un nuevo modo de trabajar, para que los jóvenes no deserten, para que las familias sigan soñando con el derecho a una educación justa.
Creemos es la educación, creemos en la transformación por el conocimiento, creemos que lo emocional es esencial al desarrollo de nuestra sociedad donde todos sean respetados. Es la conciencia de nuestra tarea de nuestro ser docente. Eso celebramos estos días la continuidad de la confianza en los procesos que nos constituyen cada día mejores personas.
Mylene Muñoz R. – Directora